Se lavan los tomates y se cortan en rodajas. Se ordenan en platos separados o en una bandeja grande.
Se cortan las rebanadas de queso mozarella en cuatro y se van colocando encima de los tomates.
Se deshoja la albahaca, se lavan las hojas y se colocan encima del queso mozarella.
Se sazona con la sal, la pimienta negra y el aceite de oliva. |