Desde las épocas más tempranas los mariscos han formado parte de la cultura gastronómica de la humanidad, ya que son una fuente importante de proteínas y minerales; además son fáciles de capturar dada su falta de velocidad y potencia. Los mariscos son en definición un animal marino invertebrado comestible. Se incluyen normalmente los crustáceos (camarones, langostinos, cangrejos, percebes, etc.), moluscos (mejillones, almejas, berberechos, chipirones, etc.) y otros animales marinos tales como algunos equinodermos (erizo de mar). En líneas generales son fáciles de preparar. Muchos se pueden consumir crudos con limón, otros con poca cocción y mantequilla y algunos requieren de una mayor preparación como es el caso de los calamares. En líneas generales son deliciosos y varían nuestro menú.